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Bien, ¿Cómo empieza la historia? El teniente Bevilacqua, y la
sargento primero Chamorro se meten a hacer una detención en un
poblado chabolista cercano a la cañada real, con la compañía del
brigada López (Un antiguo conocido de Bevilacqua) y otros agentes.
Esto sólo es un preámbulo a la historia que acontecerá en el
libro. Pero sin embargo me parece un buen preámbulo, un buen
recurso, empezar la trama principal con el cierre de una trama
secundaria, que nos haga ponernos un poco en situación. Un punto a
favor para Lorenzo Silva. La trama por cierto, describiéndola a
grandes rasgos será la investigación de Bevilacqua y Chamorro, de
un asesinato en una base militar española en Herat... Pero... Esto
es un análisis del primer capítulo, un análisis breve y no hablaré
más de la trama principal, sólo de lo qué es objeto de mi
análisis, así os doy los menos detalles posibles sobre el libro y
consigo que os sorprenda más.
Nada más empezar vemos algo que me gusta mucho y es que no hay
personajes pequeños, ni siquiera los secundarios, lo vemos con
López, pero sobre todo con otros personajes, ahora os profundizaré
más en eso que tan bien ha hecho Silva. Cómo os decía, el brigada
López no es más que un personaje secundario que hace como puente
entre nuestros protagonistas y el escenario y situación en el que se
ven envueltos en ésta introducción a la trama, es, por decirlo así,
un puente inverso. No hace de puentes para que los personajes lleguen
a ese lugar donde están, sino hace de puente para sacarles de ese
escenario, de esa escena y aligerar la transición hasta la trama
principal.
Me gusta que al poco de empezar y durante todo el desarrollo del
capítulo se profundice en Bevilacqua, haciendo un protagonista
fuerte y profundo, en condiciones para una novela. ¿Cómo lo hace?
Con una herramienta muy sencilla pero útil y que maneja con mucha
habilidad. Silva utiliza, simplemente el peso de los años. Eso nos
hace adentrarnos más en el subteniente, sus pensamientos, emociones,
ideas, sensaciones. No sufre un gran peso, no está aplastado por su
cada vez más cercana vejez, es consciente, de que ya tiene cincuenta
años, pero eso no le frena, detiene, o aplasta. Sólo le hace tomar
consciencia de su situación de la situación del mundo que le rodea
respecto a él, le hace ver las cosas de otro modo, dando lugar a un
pensamiento maduro y reflexivo, del que el mismo es consciente y que
a nosotros también nos dará un par de meditaciones.
Durante la mayor parte del capítulo, se nos presenta un ambiente
turbio, pero verosímil, algo que realmente todos somos conscientes
de que existe, todos hemos visto en noticias, reportajes o a veces
desde lejos, en autopistas o al perdernos con el coche, esas
barriadas conflictivas y casi desconectadas de la civilización y el
orden. Es decir, todos sabemos que esos lugares tan caóticos y
conflictivos existen, pero es más fácil hacer cómo que no, que
todo es orden y civilización... Y no es así, y es muy interesante
leerlo a través de la piel del subteniente, sufriendo el mismo
impacto que él ante esta realidad, dándonos cuenta de lo que hay en
nuestro mundo, un poco más lejos de las afueras de nuestras
ciudades, y a lo que a veces no queremos mirar, a pesar de ser
conscientes de su existencia.
Es muy curioso también, hablando de esa clase de lugar, como Silva
nos explica esa delicada línea que parece separar la civilización
del caos. Ese acuerdo que parece haber entre la policía y los
habitantes de la cañada, para coexistir, para cohabitar en paz,
intentando ponerse de acuerdo y ayudarse sin alterar el orden y poner
del revés a las gentes de la cañada.
Y por último, enumerando los aspectos positivos de éste primer
capítulo, y que espero que se conserven a lo largo de la novela,
hablaré de un hecho del que os he hablado antes, en éste capítulo
no hay personajes pequeños, aunque sean secundarios o sólo parezcan
una vez. Y eso me parece genial, me parece que una gran novela es
aquella donde no hace falta aclarar si es un buen personaje
secundario o principal, o un buen personaje masculino, femenino o
LGBT... Una novela donde podemos referirnos a los personajes como
buenos personajes independientemente de todo lo demás, es una buena
novela, creo yo al menos.
Y pruebas de éstos personajes que no son pequeños, son, además del
brigada López, la prostituta Jessica, que siendo una mujer con una
belleza, fuerza y elegancia innata, que al parecer estuvo un día en
lo más alto, pero cayó hasta lo más bajo de la vida por culpa de
la heroína, pasando de ser una deportista de alto nivel a ser una
"princesa de pudridero". O también, los padres de
identidad desconocida, que rozando ya la ancianidad, noche tras noche
van a la cañada real, a ver si ven a su hijo desaparecido, ir a por
unas dosis... Desesperados, en una vigía eterna, con la débil
esperanza de encontrar a su criatura, a su vástago y convencerlo
para que vuelva a casa y reciba ayuda, para dejar ese mundo. Es
simplemente brutal, como ves personajes tan grandes, que después de
ser presentados no volverán a aparecer en el libro seguramente, pero
no por ello son pequeños. Son personajes grandes, pero sobre todo,
bien hechos, porque al fin y al cabo se supone que son personas
humanas, más del mundo literario que se nos presenta al leer, y como
personas, son únicas e irrepetibles, para bien o para mal, toda
persona, por buena o mala que sea, por perdida que esté es única e
irrepetible, y estos personajes, a pesar de pertenecer a un mundo
literario inventado, son fiel reflejo de esa realidad, no siendo
personajes pequeños. Así que por esto último, bravo, Lorenzo
Silva.
En definitiva, estos, para mí son los principales puntos positivos
de éste primer capítulo y que espero que perduren, mejoren o
aumenten a lo largo de la novela, ya lo veremos, según la vayamos
viendo. Ha habido algún detalle que para mí ha sido, menos bueno, y
no lo tacharía siquiera de negativo, porque son detalles que no me
han gustado a mí, por ser como soy, no porque sean fruto de un error
o equivocación del autor a la hora de escribir.
Por ejemplo, me ha parecido que el primer capítulo es un poco largo,
es todo lo largo que debe ser, no le sobra nada, pero es un poco
largo para ser una toma de contacto con la novela, vamos, que he
echado de menos un prólogo. Y luego otro detalle, ha sido que el
lenguaje a veces se torna muy complejo, lo que por un lado es
positivo porque añade profundidad y realidad, te hace entrar más en
la historia, vivirla más, pero su contraparte negativa es que
necesitas más concentración para mantener el hilo, y es más fácil
que te rompan la misma. Cómo os he dicho estás cosas que me han
gustado menos, son de carácter totalmente personal y nimiedades, así
que no les dedicaré más tiempo.
Bueno, y esto ha sido todo, esperamos que os hayan entrado muchas
ganas de leer más, y que nos escojáis para adquirir esta novela a
todas luces, grande. Por hoy me despido, pero no antes sin daros un
pequeño aviso.
Os informamos, de que el próximo Jueves, día 16, estaremos en la
Biblioteca Regional de Murcia, con el autor cartagenero José Joaquín
Bermúdez, que es hombre muy simpático que estará encantado de
firmaros su libro, "El último de Cuba" y de hablar con
vosotros, y responder todas vuestras dudas. Os aseguramos de que es
una experiencia que vale la pena disfrutar, José Joaquín es un
escritor de estos que viven la literatura, que la tienen como
compañera, no como fuente de ingresos, y eso al hablar con un
escritor es lo primero que se nota.
La semana que viene os hablaremos más de autor y de obra y os
concretaremos hora y demás detalles, del acto. Hasta pronto,
queridos lectores.
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