¡Hola! ¿Hacía ya tiempo que no nos veíamos, verdad compis? Bueno, siento el lapso de tiempo sin contaros ni traeros nada al blog. Hoy os traemos una reseña breve de "Ante todo, mucho karma." de Laura Norton, la segunda parte de "No culpes al karma, de lo que te pasa por gilipollas". La novela empieza con Sara contándonos como es de feliz con Aarón, que por fin lo ha conquistado y que su vida es sencillamente perfecta. Después de tantas tribulaciones, está con él, consigue reconocimiento a su trabajo. Pero no tardará en cagarla, ¿Por qué? Porque ella es así.
Ese es el argumento principal, no es engaño, no es que me caiga mal
la pobre protagonista, es que se mete mucha caña a si misma, pero
durante toda la novela, eh. La novela empieza con Sara contándonos
su maravillosa vida, y nos avisa de que acaba metiendo la pata, de
una forma que sólo ella podía encontrar. Y para ahondar en el como
y el porque, a fin de hacerse daño a si misma con el recuerdo, nos
lo va contando desde el principio. Aarón es un músico de éxito en
alza, gracias a un videoclip en el que Sara se encarga del vestuario,
Mario, el director del mismo decide contar con ella para su próxima
película, que a todas luces parece una superproducción. Es la
oportunidad de su vida. Y en medio de ese estado de felicidad
absoluta, y de prosperidad profesional para ambos, Aarón le pide a
Sara tener un hijo... y ella no se puede negar. Aún están en lo más
tierno de su relación y ella querría tenerle para ella sola un poco
más, a nivel laboral están desbordados... Pero no le puede negar
nada Aarón. Así que se ponen a ello y lo consiguen. Deciden pasados
los dos primeros mese comunicar la noticia... y Sara se ve en una
cena con sus padres y el ex-amante de su madre, que al parecer ha
llegado de nuevo, para participar activamente en la relación de los
mismos, con su hermana que es un a modelo de éxito, más joven, más
segura y más todo para la acomplejada Sara, y con el padre de su
futura criatura, y ex de su hermana. La cena resultará ser... algo
"caótica" cuanto menos, sobre todo gracias a la mala leche
de su madre, que no quiere hacerse a la idea de ser abuela. Y ese
sólo es el principio de la historia.
Bueno hasta ahí hemos leído para hacer la reseña breve. Analicemos
lo mejor y lo peor del libro ahora, ¿os parece?
Lo mejor. La narración resulta... Real. No sé muy bien como
decirlo, hay historias donde te metes, te enganchas, disfrutas, te
admiras, aprendes, te emocionas. Pero esta, sin tener sólo una de
esas propiedades pica de todas, para darte una narración que te hace
olvidar que estás leyendo, es como si una amiga, conocida o familiar
te estuviera contando su vida, sus percances y sus problemas. Así
que un punto a favor de Laura Norton, por conseguir meter al lector
tantísimo en la historia, y crear así un estilo narrativo
totalmente dinámico.
El humor del libro es bastante ácido. Vamos lo que comúnmente
llamaríamos "Humor Hijoputista". ¿Por qué es así?
Porque está cargado de mala leche. Sara se mete mucha, pero que
muchísima caña a si misma, pero con ingenio, es decir, no es una
persona que se juzgue con dureza mientras va narrando la historia, de
un modo que resulte incomodo para el lector, o que inspire pena u
otros sentimientos, lo hace de una forma mordaz, ingeniosa, cabrona
como ella sola y divertida. Lo cuál como lector es divertido de ver.
Y eso sólo hablando de la narración, la madre por ejemplo, tiene un
veneno dentro que no hay quien lo aguante, la hermana tiene un pelín
de mala hostia sana... Lo que quiero decir, es que si la narración y
la protagonista por tanto están bien elaborados, el resto de
personajes no son menos. No dejan de contribuir con su personalidad,
ocurrencias y acciones a ese humor ácido, a esa atmosfera que
consigue crear la narración. La escena de la cena, es muy
divertida, uno no se espera de una cena familiar un espectáculo casi
circense.
Lo peor. Bien, si bien es cierto, que narración, protagonista,
personajes y atmosfera están bien constituidos, para mí, a veces
peca de sobre cargado. ¿Por qué lo digo? Porque en un capítulo ya
hemos tenido una escena muy contundente, la de la cena. Que ojo, está
muy bien y es divertida, pero no puedo evitar preguntar... ¿Si
empieza tan fuerte... Conseguirá mantener ese ritmo? Es mi única
pega, que no es una pega, sería más bien un temor o preocupación,
porque no consiga mantener la trayectoria tan buena con la que
empieza, tocando techo, antes de llegar al desenlace de esta historia
que se nos presenta. Lo único malo por mi parte, que ni siquiera
podría catalogarse de malo.
Y bueno, ¿Qué me ha parecido a mí? Es un libro que me leería y
que sé que disfrutaría, soy alguien risueño al extremo, me encanta
reír, que me hagan reír y no es nada difícil de conseguirlo a
decir verdad. Así que me lo leería y pasaría un buen rato. Pero
que sea de carcajada fácil, no quita que no tenga gusto,
sensibilidad y capacidad para evaluar las obras de comedia, sí, yo
me río con cualquier cosa, pero también me puedo poner serio y
decir "Un lector distinto, más común y promedio esto no lo
disfrutaría, o sí lo disfrutaría, por esto, esto y esto". Lo
que quiero decir, es que a pesar de lo dicho, no quiero que usted,
querido lector, piense que no tengo criterio porque me guste reírme
con cualquier cosa. Y por qué este preámbulo tan largo. Porque
quiero que aquellos que me lean sepan que este es un libro muy
interesante y que se puede disfrutar, ese el mensaje y no quiero que
quede perturbado por mi opinión, que sin más espera diré ahora.
Quizás, éste libro no sea mi tipo de libro. Mi tipo de libro con
tonos de humor quiero decir. Aunque yo me ría con cualquier cosa, y
aunque este libro me lo leeré seguramente, no es este el tipo de
humor predilecto, o favorito para mí.
Me gusta más un humor con ese tipo de ingenio inocentón. Es decir
un humor que crea un tipo de situación cómica, ridícula, estúpida
o absurda y lo exprime con ingenio. ¿Es que este libro no lo hace?
Sí, si lo hace, pero de una forma distinta. Por lo que he leído
hasta ahora, y quiero recordar:
Esto es un análisis breve, de una parte del libro, y por lo
tanto inexacto, sirve para tener una idea del libro, pero no pretende
juzgarlo por entero, al evaluar sólo una parte de él.
Por lo tanto, como decía, por lo que he leído hasta ahora, creo que
no tiene el tipo de humor que a mi me encanta, veo en él un estilo
que crea mucho humor, muchas situaciones cómicas, muy seguido. Es
decir, tiene mucho ingenio, mucha habilidad, pero enfocada a hacer
que el lector ría y ría sin parar, que llegue a llorar de risa, y
eso es genial. Pero no es mi tipo favorito de literatura. Y
seguramente lo leeré, seré victima de Laura Norton y acabaré
echando lagrimones y carcajadas a partes iguales.
Pero eso no quita que yo prefiera un humor más suave que en vez de
ser tan explosivo, tan contundente, sea más tranquilo, y no me sobre
sature, creando situaciones que exprima bien, las dejé antes de que
dejen de hacerme reír y pase a otras, para seguir exprimiéndolas
hasta donde es aconsejable y ni un poco más. Un humor que me de un
leñazo que me haga reír mucho mucho, pero hacía el final, hacía
el desenlace, para que yo haya leído un libro que me ha hecho reír
y que con el final me ha hecho carcajear. De manera que me deje un
recuerdo bueno. Cual sería la diferencia entre mi tipo de libro y el
de Laura Norton. Pues que con mi tipo de libro no me arriesgo a
quedar saturado de situaciones extremadamente hilarantes, aunque me
ría menos, y con el de Laura Norton, ese riesgo está, por mínimo
que sea.
La diferencia principal está en el consumir un momento con calma
disfrutándolo al máximo, y obteniendo un grato recuerdo, y consumir
un momento con rapidez y urgencia, disfrutándolo de forma más
intensa, pero arriesgándose a olvidarlo. Es como una relación del
tipo cuando eres un adolescente con las hormonas disparadas, contra
una relación más madura, cuando eres un poco más mayor y tienes
más cabeza. La primera te va a dar momentos que te pondrán
muchísimo, al extremo. Pero que al final puede caer en el olvido con
el paso de los años. La segunda te dará momentos que te marcarán
por siempre.
Y ese ha sido el análisis. Menudo tochazo os he puesto ¿eh?
Perdonad, llevaba mucho sin contaros nada y ya tenía ganas. Esto ha
sido como reencontrarse con un viejo amigo al que hace tiempo que no
se ve. Porque sí, queridos lectores, vosotros para mí sois como un
buen amigo de esos que se encuentran unas pocas veces, contadas con
los dedos de la mano, en una vida. Con esta cursilada, por mi parte,
me despido, tened un buen día y ya sabéis, ¡a leer!
No hay comentarios:
Publicar un comentario