No os vamos a engañar... Aunque vosotros puede que lo intuyáis, incluso antes de comenzar a recorrer estas líneas con nosotros. Y sí, es verdad. Exacto, tal y cómo lo creéis. El fin de ésta entrada no es sólo informar, contaros cómo fue ese día, y las anécdotas que tuvieron lugar en él. Sí, tal y cómo lo pensáis, también queremos daros un poco de envidia, sana, pero envidia. Y es que, tener a Luis firmando en nuestra librería, es algo que se disfruta.
Antes de seguir, os pedimos una pequeña disculpa, porque aunque no
se podría decir que ésta entrada se ha retrasado, si es verdad que
últimamente el blog no ha gozado de mucho movimiento, mucho trabajo
y poco tiempo tienen la culpa, pero no perdemos la cuenta de la
entrada semanal, y os daremos vuestras merecidas entradas atrasadas.
Bien, al final de la entrada subiremos una pequeña galería de
imágenes, con las fotos de la firma, para que podáis verlas
también. Y en fin... ¿Cómo fue la firma?
Estuvo genial, no os engañaremos, estuvimos todo el día nerviosos,
hasta que llegaron las cinco y media y vino Luis, digo nerviosos, por
no decir aún más nerviosos, ya que desde la semana anterior a la
firma ya estábamos expectantes por verlo. Afortunadamente en una
librería siempre hay trabajo y cosas que hacer y organizar, y con
este acontecimiento en el calendario, más aún. Pudimos calmar
dichos nervios preparando, repasando y re-repasando todos los
detalles para la firma.
Como los marinos que montan zafarrancho de combate, nosotros, antes
de la hora convenida, ultimábamos los detalles, asegurándonos de
que cada cosa estuviera en sus sitio y cada sitio tuviera su cosa. Y
de repente, Luis apareció, con su bondadosa sonrisa cómo mejor
complemento y muy animado, lo que siempre resulta grato. Tras ultimar
los detalles del plan, con él y la pareja que le acompañaba del
grupo Édebe, y asegurarnos de que todos teníamos bien sabida la
estrategia, sin hacernos de rogar, nos dispusimos a esperar a que
aparecieran los "Leanter's" fans incondicionales de Luis. Y
vaya si aparecieron, sin demora además.
No es de extrañar, pues viendo el mimo e ilusión que Luis les
trasmitía, es normal que tenga una fiel legión de seguidores. No
faltó gente, risas, ni mucho menos libros, esto último fruto de
nuestra profesional previsión. Luis firmó, y trato a cada lector
cómo se merecía, es decir, no cómo un lector más, si no cómo uno
de sus lectores. Luis nos contó anécdotas, que nos hicieron
desternillarnos, nos habló de su obra, atrapando toda nuestra
atención y nuestra curiosidad, daba gusto ver cómo cada vez que iba
a firmar, invitaba a su fan a sentarse a su lado, y empezaba una
conversación agradable con él, mientras transcribía sus mejores
deseos en el ejemplar de su obra en cuestión. Este hombre se gana a
la gente y ha pulso, hay que decirlo. Dedico tiempo e ilusión, y
entre oleada, y oleada fue entrevistado por Gregn León
de Onda Regional, quien destacó también
por su simpatía, frente a nuestros ojos.
Al final de la tarde dejando a sus lectores bien satisfechos,
habiéndolos hecho sentirse únicos, Luis tuvo que irse, pues había
labores que requerían de su atención. Bien es cierto que estuvo más
tiempo del prometido, para nuestro deleite. Y casi empezó a
ayudarnos a cerrar. Eso sí, dejándonos con ganas de celebrar otra
ocasión así.
En fin, como decíamos, fue un placer tenerle, y una tarde muy
divertida y amena. Esperamos, querido lector, que si compartiste esa
tarde con nosotros, la disfrutaras, y esta entrada te traiga gratos
recuerdos. De no ser así, lamentamos tu ausencia ese día, pero
tocaremos madera contigo, para que puedan hacernos un hueco en una
apretada agenda y haya otra ocasión de pasar una tarde así con
gente tan grande. Ya que aunque para nosotros esto es nuestro trabajo
y nuestra forma de vida, esa tarde compensó cada minuto de trabajo y
esfuerzo, la compañía de la gente tan simpática y agradable que
visitó nuestra librería, fans y escritor.
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