¡Hola, lectores y lectoras! Hacía demasiado que no subía. Es la
verdad, la campaña de texto y que no estoy últimamente tan
ingenioso como para no darme cuenta de cuando soy pedante.
Sinceramente. Iba a poneros una reseña del libro del asesino
hipocondríaco. Pero he visto éste cómic y no me he podido
resistir.
Y es que el pequeño galo vuelve a las andadas con otra aventura
desternillante, junto a su fiel amigo Obélix y el can Ideafix. Y
bueno, vamos ha hablaros un poco de ella.
Resulta que un senador corrupto, encargado de la pavimentación de
las vías romanas llamado Lactus Bífidus, se ve bajo la atenta
mirada del César por una serie de socavones que han salido en las
arterias principales, por la ineptitud y corrupción del senador.
Este para desviar las miradas de sí, decide organizar una carrera de
cuadrigas transitálica. Que atraerá participantes de todos los
rincones del mundo, incluidos a nuestros dos protagonistas. Sorteando
trampas y enemigos, Obélix y Astérix deberán hacerse con la copa,
por encima de los deseos del César, que la prefiere para un romano,
cosa que le garantizaría una mayor propaganda para el imperio.
Ahora vayamos con las impresiones.
El cómic es divertido, esa es la verdad, obviamente ya no tienen la
misma esencia que los primeros, pero los actuales guionistas y
dibujantes han sabido respetar las claves de los creadores, que tan
bien funcionan y que tanto queremos. De manera que aunque tenga
algunos detalles distintos a la clave tradicional, lo cierto es que
sigue siendo un cómic de Astérix tan divertido o más como era de
esperar.
Yo me he reído, a carcajadas en algunos momentos, y es una gran
aventura, es que es un cómic en toda regla de los galos, no sé cómo
decirlo, es la realidad y la realidad es la realidad.
La clave de las aventuras de los galos, que nos hacen reír tanto,
normalmente es la sencillez, que no quiero decir que las tramas sean
básicas o cutres, sino que no son complicadas, están muy bien
hiladas, son muy ingeniosas, pero son sencillas. Y ese es el acierto,
así que por ésta parte, lo han bordado la verdad.
El dibujo sigue siendo impecable y lleno de detalles, caricaturesco
con los personajes, como estamos habituados, pero sin ser demasiado
exagerado, está muy bien coloreado y eso trasmite una sensación de
alegría o jovialidad que armoniza con el contexto y la trama del
cómic.
Básicamente, en cuanto al humor, ingenio, sencillez y elaboración
tanto del dibujo en su forma y color, como en la trama de la historia
y su desarrollo, parece como si el cómic quisiera alejarnos un poco
del estrado adulto, para hacer que nos lo pasemos como enanos. Esa,
en mi opinión, es la clave de los cómics de Astérix y Obélix. Y
eso a la par que increíblemente difícil para los artistas que
habitan detrás de la elaboración de éste y otros volúmenes, es
increíblemente genial y casi mágico. Esa suele ser la clave de los
cómics de Astérix y una vez más lo han conseguido.
En cuanto a la parte negativa. No sabría decir, me ha gustado, no ha
habido nada que no me haya gustado, sólo que se me ha hecho muy
corto, por decir algo. Pero no creo tampoco que debieran entender la
aventura, la brevedad es uno de esos factores que le sientan bien. La
mejor solución para si se nos hace corto el cómic es leernos otro
más, la verdad.
En cuanto a mí, me ha encantado, tanto que no creo que haya sido muy
objetivo en mi reseña pese a que lo he intentado. Quizás me
gustaran más los antiguos, por aquello de ser los primeros que leí
y de los que mejor recuerdo tengo. Pero la verdad es que éste no los
deja en mal lugar, ni atenta contra el legado de los mismos.
En fin, creo que eso es todo lo que tengo que decir, queridos
lectores y lectoras. Me ha encantado escribiros de nuevo y por fin,
que ya era hora. Y de la misma manera estaré encantado en leer
vuestra opinión tanto del cómic como de mi reseña si tenéis a
bien dejármela en los comentarios. Un saludo y cuidados mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario